A Martha Stella se le reconoce como una de las más grandes guerreras contra el cáncer de nuestro país. Sus dos batallas contra la enfermedad no solo no lograron doblegarla sino que la hicieron más fuerte. Sería lógico pensar que tras estas complicadas escaramuzas este personaje abandonaría las armas y optaría por un calmado y apacible “resto de la vida” con una familia que la adoraba. Eso podrían pensar quienes no la conocían pues Martha Stella no era mujer de quedarse tranquila y su cáncer la hizo entender las carencias que había en Panamá para el tratamiento de aquellas personas que no contaban con los medios para acceder a la medicina privada.
Martha Stella, una gran panameña, tuvo en su vida grandes retos y contratiempos. Siempre los superó con una sonrisa, una voluntad férrea y una rectitud inquebrantable. Los principios morales para ella eran sagrados.
Fue sin duda, una católica con una fe en Dios muy cimentada, amaba a su familia y sobre todo al prójimo, especialmente el desamparado, sano o enfermo. Siempre tuvo entrega, asistencia y ayuda cariñosa. Esas tres virtudes fueron siempre su norte y razón de ser.
Diagnosticada con cáncer hace 25 años en un momento en el que era temible, se levantó luego de un año en quimioterapia, llena de energía y con deseos infinitos de ayudar a quienes más lo necesitaban. Decía “por algo Dios me ha mandado este cancerito”. Nunca paró de luchar por sus “colegas”, nombre con el que llamada a los pacientes.
“Dar el ejemplo no es la principal manera de influir sobre los demás, es la única manera.”
Creía en la importancia de la educación como ingrediente indispensable para lograr la superación académica y profesional, tan necesaria en nuestro país, para que a través del conocimiento especializado de doctores, enfermeras, técnicos y personal de salud, pudiera mejorarse cada vez más la atención a los pacientes con cáncer.
Por su incansable labor benéfica, recibió sendos reconocimientos entre los que se pueden mencionar la Condecoración Juan Demóstenes Arosemena otorgada por el ION en el año 2001, la Medalla Justo Arosemena otorgada por la Asamblea Nacional en el año 2002, el premio Mujeres Destacadas de 2005, y el Pergamino de Honor y la Medalla Manuel Amador Guerrero otorgada por la Presidencia de la República de Panamá en el año 2006.
Nacimiento de la fundación
El 5 de octubre de 2006 Martha Stella Clement de Vallarino recibió de manos del Presidente Martín Torrijos, la Orden “Manuel Amador Guerrero” en el grado de Gran Oficial, por su invaluable labor y voluntariado en favor de los pacientes con cáncer de nuestro país.
Ese día, en sus palabras de agradecimiento por tan alta distinción, y para sorpresa de todos, dijo “conozco la imperante necesidad de médicos oncólogos, es por esto que quiero dejar un capital semilla para educar a médicos panameños en las diferentes ramas de la Oncología, a través de la Fundación Martha Stella Clement de Vallarino”.
Enseguida se inician las conversaciones con los médicos del Oncológico, para otorgar las becas.
El viernes 9 de febrero de 2007, Martha Stella llega al Oncológico y entrega las dos primeras becas de 3 años, para especialidades en Oncología Clínica y Cirugía, en Ciudad de México, diciéndoles: “Quiero que vayan, estudien y que regresen con todos los conocimientos aprendidos. Quiero que todos los pacientes con cáncer tengan las mismas oportunidades que tuve yo”.
El domingo 11 de febrero de 2007, día de la Virgen de Lourdes, patrona de los enfermos, muere Martha Stella. Dos días después de haber hecho realidad su sueño.
LA EDUCACIÓN COMO INSIGNIA
Otro de sus sueños era lograr que el ION fuera un hospital escuela, y esto, es hoy una realidad para las especialidades en Oncología Clínica y Cirugía Oncológica. Los médicos debían viajar a especializarse por un periodo de 3 a 4 años, por esto el motivo de las becas. Sin embargo, los especializados en Oncología Clínica y Cirugía Oncológica en Panamá recurren siempre a pasantías en grandes hospitales en el extranjero para culminar sus estudios.
Algunos de sus grandes logros
Martha Stella recibió muchas condecoraciones y distinciones por su aporte al cáncer. Podríamos atrevernos a decir que la palabra CÁNCER cambio para los panameños.
Se presentó ante la oficina de Participación Ciudadana de la Asamblea Nacional para pedir un alza en el impuesto de cigarrillos a beneficio del ION. El Proyecto de Ley fue aprobado por “unanimidad “. Y un porcentaje de dichos impuestos llega al ION.
Luchó para el traslado del Radiológico al Hospital Gorgas, el cual a la fecha es sede del ION.
Fundó Fundacáncer, fue su primera presidenta, y logró que se incluyera con voz y voto como parte del Patronato del ION.
Inició programas de detección temprana de cáncer de piel.
Inició programas de mamografía a mujeres de escasos recursos.
“Martha Stella fue la madrina, la vocera, de los enfermos con cáncer”.